La reseña es un género de escritura académica fundamental para la generación, intercambio y circulación de conocimiento. Su objetivo es discutir y evaluar textos (libros, artículos, etc.) y otros objetos culturales como películas, archivos digitales, proyectos web, entre otros. El énfasis está en la valoración y valoración que hace quien lo escribe. La reseña no es, por tanto, un resumen, ni una revisión bibliográfica, ni un informe de lectura. Para lograr este objetivo es necesaria una lectura crítica y reflexiva de las obras o productos reseñados. El revisor debe comprender el texto en sus propios términos (analizarlo), responder con su propio conocimiento, criticarlo considerando su validez y contribuciones, y ubicarlo en su contexto. Dada la temática de nuestro curso, nos interesan revisiones de artículos y capítulos de libros relacionados con la metodología utilizada.

En cuanto a la forma de la reseña, sugiero utilizar la estructura propuesta por Federico Navarro y Ana Luz Abramovich en su capítulo “La Reseña Académica” del libro En Carrera: Escritura y Lectura de Textos Académicos y Profesionales (2012) .

Escribe reseñas que cautiven a tus lectores

Mucha gente escribe reseñas de productos o servicios centrando todo el contenido en su opinión personal. Es cierto que una reseña debe transmitir tu opinión, pero nunca debe absorber todo su contenido.

Su mensaje debe informar, entretener, atraer y cautivar a su lector. Toma nota de estos cuatro pasos que te ayudarán a estructurar tu reseña.

Leer y escribir

No es posible reseñar algo que no sabes, por eso el primer paso siempre será leer el libro, ver la película o experimentar con cualquier objeto para revisar. Es recomendable hacer esto más de una vez, para así tomar consciencia de detalles que quizás se nos pasaron por alto la primera vez, o temas sutiles que no son fáciles de entender la primera vez. Esta segunda oportunidad, de hecho, puede ir acompañada de la toma de notas en una libreta, para anotar las ideas que vayan surgiendo en el momento y poder revisarlas y elaborarlas posteriormente.

En muy raras ocasiones seremos los primeros en la historia en hablar de un tema concreto, por lo que siempre es buena idea investigar qué se ha dicho sobre el tema que nos ocupa, quién lo dijo y cómo. Esto no sólo nos permitirá evitar repetir lo ya dicho por otros como si fuera nuestro propio descubrimiento, sino que también nos dará información para complejizar nuestra visión, tener más que decir y, en ocasiones, incluso poderlo todo. cambia lo que entendemos sobre el objeto bajo consideración.

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